AMIGOS DEL ALMA

martes, 27 de octubre de 2009

A PRECIO DE SANGRE


Sé que me amas. Me amas hasta el extremo de comprar mi alma a precio de sangre, de tu sangre derramada voluntariamente y con voluntad de salvación. Si fuiste mi comprador yo debía ser tu esclava, pero me diste la libertad. Por esa libertad hay momentos en que me rebelo contra ti, momentos grandes y momentos pequeños. Me rebelo y creo, ¡ilusa de mi! que no lo notas porque no hago aspavientos, porque no me enfrento abiértamente a tu voluntad, de manera inconsciente o semi-inconsciente. Nunca he sido capaz de decir un NO rotundo, voy dando vueltas y vueltas como si de esa forma no se notase mi rebelión, pero sé que se nota. Lo notas Tú porque todo lo penetras, lo noto yo y lo notan los demás.

¿Cómo no lo vas a notar Tú que eres el dueño de mi vjda? Lo noto yo porque pierdo la alegría. Lo notan ellos cuando mi sonrisa desaparece, cuando mi cara se vuelve fea para ellos. Me rebelo cuando mi cuerpo prefiere la comodidad a la entrega, cuando mis oídos se cierran a peticiones ajenas, cuando mis ojos aparto del llanto de los demás para humedecerlos sólo con el mío y cuando mis manos y mi corazón se cierran al dolor de los otros.

Me rebelo cuando no te pongo a ti, Señor, con tu Cruz en el centro de mi vida, cuando te hago sombra con las cosas pequeñas, insignificantes, que yo misma agrando, creando cruces que no existen. Me rebelo. Señor mío y Dios mío, cuando busco consuelos humanos y no recuerdo que es a ti a quien hay que acudir, porque únicamente Tú puedes hacer los yugos suaves y las cargas ligeras. Perdóname, Señor, por mi debilidad que busca siempre un hombro humano donde llorar. Al final desconozco si he llegado a entender bien tu mensaje de amor. Si el "amaos unos a otros como yo os he amado" implica un intercambio de descargas del peso de la vida o simplemente amarnos implica sonreir, ayudar a otros con sus cargas, enjugar su llanto, soportar con los hermanos sus dolores, callar y olvidar lo que te duele a ti.

Señor, perdona a esta quejica, háblame en esta mañana de otoño azul. Dime Señor, si amar es callar y escuchar, dar y no pedir.

¿Mostrar mi debilidad no forma parte del amarnos unos a otros?

6 comentarios:

Anónimo dijo...

milagros, no es que haga los yugos suaves y las cargas ligeras, quiero decir: el yugo que has de llevar es el suyo, ningún otro, y la carga que has de llevar es la suya, ninguna otra, y su yugo es suave y su carga ligera, si los que llevas no lo son es que no son los suyos

así que ánimo, igual todo es más fácil de lo que parece

y un beso

Militos dijo...

¿Y tú por qué sabes tanto?
Vaya lección que me has dado, Amor.
Te lo agradezco, voy a tener que consultarte más a menudo.
Te quiero.
Beso

ARCENDO dijo...

No tengo nada que añadir AL PEDAZO DE LECCIÓN de Amor. Nada, salvo que te quiero mucho y que yo también quiero llevar esa carga contigo y con EL. BESIÑOS (patentados).

Militos dijo...

Gracias Arcendo, querido creo que hace tiempo ya la estás llevando conmigo. Gracias otra vez
Besiños

Fete dijo...

Sera mas un yugo y una carga que nosoros hemos enerado en busca de no soportar ser un total espiritu libre y grande.
Nunca olvides que somos espiritus intentando tener una experiencia humana, no humanos intentando tener una experiencia espiritual...
Besos grandes y hermosos llenos de colores que vuelan por el cielo solo para ti.

Bichita23 dijo...

Hoy me uno a tí, ni rebeldía ni perdón, sólo no lo escucho y se que está pero no lo siento ni siquiera para Orar, por eso hoy en venido aqui,

Abrazo en "EL" que "ES"