Melchor, Gaspar y Baltasar...
vuestro cansancio se hizo aroma
con el incienso;
vuestra ceguera constancia
con la mirra.
Fue vuestro asombro el oro
por el Sol derretido.
Melchor, Gaspar y Baltasar,
errantes del camino incierto,
sólo una estrella peregrina os guía.
Sin miedo, sin pereza tras una fija idea.
Hasta el terror de Herodes
sortea el amor y la agudeza de Oriente
que vence, cabalga, llega y alecciona
al viejo y trasnochado Occidente.
Mis huesos cansados y vencidos,
se niegan a seguirme,
se rebelan del largo caminar
y a viva fuerza los arrastro
por senderos ya trillados.
Melchor, Gaspar y Baltasar,
son tantas las estrellas
que a ciegas mi camino continuo.
Vosotros que volvéis,
decidme...¿falta mucho
para llegar a Belén?
vuestro cansancio se hizo aroma
con el incienso;
vuestra ceguera constancia
con la mirra.
Fue vuestro asombro el oro
por el Sol derretido.
Melchor, Gaspar y Baltasar,
errantes del camino incierto,
sólo una estrella peregrina os guía.
Sin miedo, sin pereza tras una fija idea.
Hasta el terror de Herodes
sortea el amor y la agudeza de Oriente
que vence, cabalga, llega y alecciona
al viejo y trasnochado Occidente.
Mis huesos cansados y vencidos,
se niegan a seguirme,
se rebelan del largo caminar
y a viva fuerza los arrastro
por senderos ya trillados.
Melchor, Gaspar y Baltasar,
son tantas las estrellas
que a ciegas mi camino continuo.
Vosotros que volvéis,
decidme...¿falta mucho
para llegar a Belén?
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