En este lugar de encuentro
de mi refugio escondido,
me acerco aún dudosa de si debo,
de si puedo, si merezco
esta paz, este sosiego.
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Fuera, Señor, todo es ruído,
todo brillo, alboroto,
miradas que se meten entre Tú
y mi alma débil,
miradas que me alejan,
me dicen: sal, sal afuera.
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Como a tí, Señor, me tientan
para ofrecerme otro reino,
para llevarme, adornarme
con falsas promesas.
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Tú lo sabes, Señor, desde aquel día
cuando saliste a mi encuentro,
sé que me guardas, te tengo
que tu brazo infinito,
desde la Cruz, tuya y mía,
me amarra, nunca me suelta.
me sostiene, me da la vida entera
en una promesa de eterna primavera.
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4 comentarios:
Hola Militos hermosa poesía un coloquio con Cristo doliente con ese Cristo que aun seguimos crucificando que todo le pedimos y nada le damos
Te pido una oración por los nuevos Cristos de esta época inocentes y crucificados por la injusticia
Dios te bendiga amiga hoy y siempre
Hola Militos hermosa poesía un coloquio con Cristo doliente con ese Cristo que aun seguimos crucificando que todo le pedimos y nada le damos
Te pido una oración por los nuevos Cristos de esta época inocentes y crucificados por la injusticia
Dios te bendiga amiga hoy y siempre
Encantador pasar por aquí y leer estas versos...
Saludos y un abrazo enorme.
Militos, me identifico plenamente con tus hermosos poemas. Gracias por compartirlos. Dios te bendice abundantemente.
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