Dios es amor, dice San Juan...
Y... ¿Quién lo sabe?
Me acerco a tu presencia
para que caiga, ante tus pies,
la ignorancia de mi vida ciega.
Me acerco, Señor, nada veo...
Sólo el corazón me habla
de la grandeza de los cielos,
la belleza de las flores,
la luz del mediodía,
el suave reclinar de nuestras noches.
Me acerco a tus altares, que
en medio del mundo se levantan,
y veo el fulgor de las estrellas
en los ojos del abandonado niño,
del pobre raído, hambriento,
de todo el que necesita mi cariño.
Veo tu presencia encarcelado
en tanto preso injusto.
Veo el amor que fuiste Tú sembrando,
calle a calle,
para que yo lo recoja, lo derrame.
Veo el mundo, Señor, ajusticiado
por el ayer de mi pecado
y mi desamor de ahora.
Te veo en el Altar callado,
diálogo hecho en la necesidad,
en el dolor de mis hermanos.
Hoy vengo a tu Sagrario, donde estás,
por siglos encerrado.
Hoy vengo con mi llanto, para abrirlo,
y... a tanto amor,
a todos acercarte de mi pobre mano.
4 comentarios:
"Porque tuve hambre y me diste de comer. Porque tuve sed y me diste de beber, porque tuve frío y me diste cobijo y abrigo, las puertas del celo se abrirán para tí".
Yo no creo que esto sea mentira, amiga Militos. Te mando aun fuerte abrazo y el deseo de que pases un feliz fin de semana.
Juan Francisco: yo también lo creo como tú.
Feliz fin de semana para ti y los tuyos.
Un beso
Mística y poesía, SANTA TERESA DE AVILA, y SANTA AGUSTINA, VALKIRIA DE PATONES.
Preciosa oración hecha verso de alturas.
BESIÑOS EXTASIADOS.
Miles de gracias, Arcendo, por acordarte de este rincón del alma.
Besiños del alma.
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