Señor, los que me diste,
en las entrañas ligeros,
Cómo al subir el camino
en carga se van convirtiendo.
Al amanecer los quise
porque Tú quisiste
y fueron en mi vientre
más que nueva vida,
pero en llegando
a la cercana esquina,
el miedo a no llegar
de rudo peso los reviste.
Paso a paso...
Uno a uno...
si eres Tú quien tira conmigo
del áspero ronzal.
Militos, escrito en Madrid en 1978
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