SALMO 62
Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
me saciaré como de enjundia y de manteca
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti y tu diestra me sostiene.
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Yo lo sé, Señor, en el fondo de mi alma tengo esa certeza, en ese fondo que nadie conoce, que sólo Tú sondeas. Sé que tu diestra me sostiene, noche y día, si no fuera así, hace tiempo que habría sucumbido.
GRACIAS, MI DIOS, POR LA FUERZA DE TU DIESTRA
3 comentarios:
Hola, Militos:
Hermosa oración, la fe en Dios es el motor de nuestras vidas.
Abrazos.
Los salmos siempre son una fuente inspiradora, fantástica.., gracias por traer este a tu rincón de poesía.
bESIÑOS.
Paso por tu casita a saludarte querida Militos nuestro auxilio siempre estará en Dios bendito sea con sus Santos y sus Ágeles
un abrazo y bendiciones.
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